“Nuestra filosofía es que si una persona se marcha de la residencia es por voluntad propia o porque fallece, pero nunca por falta de recursos”

ENTREVISTA A JESÚS LÓPEZ, DIRECTOR DE LA RESIDENCIA DE ANCIANOS SAN FRANCISCO DE ASÍS, DE SANTA CRUZ DE LA ZARZA
La Residencia de Ancianos San Francisco ha cumplido 10 años, pero tiene mucha historia detrás. Sus inicios datan del año 1980, cuando la Fundación Institución Benéfico Asistencia San Francisco creó el primer asilo en una casa solariega de Santa Cruz de la Zarza. En el año 2000 se vio la necesidad de crear un nuevo centro, que se construyó durante los años 2004 a 2007, y que fue la actual Residencia de Ancianos San Francisco. Jesús López, primero tesorero de la residencia y ahora director del centro y secretario de la Fundación, nos cuenta cómo es el día a día en la residencia, entidad religiosa y perteneciente a las fundaciones sin ánimo de lucro del Arzobispado de Toledo y que es un buen ejemplo de Proyecto LEADER.
Pregunta: ¿Cuántos residentes tienen actualmente la residencia?, ¿son todos de Santa Cruz de la Zarza o de otros pueblos?
Respuesta: Actualmente tenemos 56 residentes en el servicio de residencia, además de 16 usuarios en el servicio de estancia diurna y otros 20 usuarios en el novedoso programa “SEPAP Mejórate”, gracias al que dos días en semana los usuarios vienen a la residencia de forma gratuita a terapia, rehabilitación y actividades sociales para frenar en la medida de lo posible su deterioro cognitivo y sensorial.
Además, tenemos el Programa de Comida y Lavandería a Domicilio, que llega a 12 hogares.
El 80% de nuestros usuarios son de Santa Cruz de la Zarza y el resto de localidades limítrofes, principalmente de la Mesa de Ocaña.
P: ¿Qué procedimientos hay que seguir para ingresar en su residencia?
R: Inicialmente es llamar al centro, concertar una cita, ver el centro y sus recursos y orientar a la persona por medio del trabajador social de nuestra residencia, qué pautas se deben seguir, direccionarle a su trabajador social de base, ayudar y asesorar en toda la tramitación. Como norma general tenemos lista de espera, pero nuestro criterio siempre es atender a la persona que más lo necesita.
P: ¿Cuántos trabajadores tiene la residencia?
R: Actualmente somos 38 trabajadores: tenemos dos enfermeras, médico, dos fisioterapeutas, dos cocineras, dos ayudantes de cocina, personal de servicio propio, trabajador social, administración, dirección y el equipo de limpieza y el equipo de atención directa (auxiliares o gerocultor).
P: ¿Cómo son sus instalaciones?, ¿de qué constan?
R: El edificio consta de unos 3.400 metros cuadrados habitables, distribuidos en tres plantas. La finalidad es que el centro sea el hogar de los residentes, donde las relaciones con familiares sea con respeto pero con libertad, donde la gente, exceptuando en ciertas zonas, por el bien del usuario, tenga acceso libre a toda la casa. Tenemos gimnasio, jardín, solarium, capilla, salas de visitas, zonas de exteriores acristaladas para recreo y visita de los familiares, diferentes salas de estar.
P: Cuénteme el día a día de la residencia. Cómo es la actividad desde por la mañana hasta por la noche.
R: La mañana comienza con el aseo de los ancianos, en este sentido fomentamos que los que tienen un cierto deterioro no pierdan la dinámica diaria. Después el desayuno y, a continuación quien quiera, puede bajar a la Eucaristía. Seguidamente se suceden los programas de terapia y rehabilitación, que cubren toda la mañana; además los miércoles hay servicio de peluquería y una vez al mes servicio de podología.
La comida se hace en dos turnos, primero los más asistidos, para intentar motivarlos y que dispongan del tiempo necesario. Por la tarde se realizan actividades como juegos dinámicos, juegos de mesa, siempre bajo la supervisión de los terapeutas; además tenemos programas individuales para los ancianos, atendiendo a cada una de sus necesidades, como ejercicios de marcha, de memoria… Después tiene lugar la merienda, a continuación el horario de visitas, luego la cena y el descanso. Para los más asistidos existe la recena y la supervisión de la nocturnidad.
P: ¿Hacen actividades con los ancianos fuera de la residencia?
R: Normalmente tenemos programas de paseo, de salida en el entorno, con todos aquellos que son más válidos; no sólo realizamos salidas culturales, sino que se les acompaña en las actividades básicas de una personas, como comprar ropa, ir al médico, al banco… Además intentamos que la residencia esté en todos los actos sociales del pueblo, como las fiestas, exposiciones, actos…, y acompañarles siempre que quieran.
P: ¿Cuál es su filosofía de trabajo?
R: La atención integral de la persona, especialmente la más necesitada. Todo usuario es persona hasta que Dios dispone de su marcha, entonces nuestra atención es una atención integral de la persona, no en conjunto sino basada en las necesidades de cada uno, y principalmente los más asistidos y necesitados.
Nuestra filosofía es que si una persona se marcha de la residencia es por voluntad propia o porque fallece, pero nunca por falta de recursos.
P: ¿Y la que le transmite a sus trabajadores para afrontar el día a día?
R: Intentamos transmitirles la ilusión de trabajar con las personas mayores, un proyecto de equipo, donde cada uno tenemos una función única pero a la vez imprescindible para que pueda continuar, donde los trabajadores tienen su propio espacio para aportar cosas. Que el venir a trabajar sea un reto nuevo cada día para disfrutar de lo que están haciendo.
P: ¿Qué mensaje transmiten a los familiares de los ancianos que están en la residencia?
R: El mensaje es el mismo: esto es un centro donde vamos a intentar que sea su hogar, donde les pedimos mucha implicación, y donde sobre todo exista la libertada para preguntar, para opinar. Si algo no les gusta que lo puedan manifestar, que exista comunicación continua, donde el centro es un centro de puertas abiertas.
P: ¿Ha emprendido la residencia alguna mejora o novedad recientemente o tiene previsto hacerla a corto-medio plazo?
R: Hemos apostado por las energías renovables y por la biomasa; queremos cambiar la luminaria y el sistema de agua caliente. Y como proyecto principal a largo plazo queremos que este sea un centro libre de sujeciones para personas dependientes.
P: ¿Cree que para trabajar con ancianos hay que estar hecho de una pasta especial, se debe nacer con un cierto “don”?
R: Te tiene que gustar, no sólo la formación, sino que trabajar con ancianos es un sector que debe ser vocacional.
P: ¿Qué le aportan los ancianos?, ¿su experiencia vital, su sabiduría…?
R: Lo más importante es que te dan ganas de vivir, alegría, gratitud, porque por una sonrisa son capaces de pagar todo un trabajo. Y paz, porque cuando el anciano fallece y has hecho una buena labor, el saber que ha muerto como una persona digna, te da mucha paz.
P: Seguro que tendrá alguna anécdota que contar…
R: Muchas…, una señora que no quería entrar en la residencia porque no le gustaba la comida, porque allí los mataban y allí les hacían de todo (risas). Se fue su hija a una boda y la dejó allí a pasar el día; pues cuando por la noche volvió a por ella ya no se quería ir, dijo que aquello era un palacio, un hotel, que había mucha tranquilidad y había estado muy bien atendida, y se quedó.
P: ¿Qué supone para usted haber cumplido 10 años?
R: Supone haber cumplido un sueño; ves cómo el personal ha crecido, son más profesionales, más responsables, los ancianos están cada vez mejor atendidos; ves su gratitud y sabes que estás haciendo una gran labor y muy necesaria en nuestra localidad.
P: ¿Cómo imagina los próximos 10 años?
R: Simplemente creo que un poco igual que estos 10 años, de lucha, seguir innovando, seguir pensando en el reto de atender a los nuevos usuarios, que sigamos estando ahí para atender a todas las personas que nos necesiten.
P: ¿Qué papel ha jugado la Asociación Comarcal Don Quijote de La Mancha en el proceso de poner en marcha la residencia?
R: Asesoramiento, apoyo, compañía, amistad… Siempre encuentras una sonrisa, un modo de ayudarte y de solucionar el problema, no sólo a nivel económico, sino el creer en nuestro proyecto, en el beneficio que íbamos a dar a las personas, y siempre nos ayudan en lo que pueden.
Cuando en 2004 se iniciaron las nuevas obras para hacer la residencia, pudimos emprenderlas con los fondos propios de la Fundación y, entre otras ayudas, las aportadas por la Asociación Comarcal Don Quijote.
Además, he de destacar que la Fundación, en tiempos de crisis, creó un velatorio público en Santa Cruz de la Zarza y, gracias a la ayuda de la Asociación se pudo llevar a cabo y hace un gran servicio hacia las personas mayores más necesitadas.