“Todo el mundo tiene que creerse esto y ahí es donde juega un papel fundamental la educación”

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Entrevista a María Castellar Nieto Luengo. Vicepresidenta de la Asociación Comarcal Don Quijote, presidenta de la Mesa de Mujer y Políticas de Igualdad, presidenta de AMECO (Mujeres Empresarias y Coempresarias de la Comarca de Ocaña)

María Castellar Nieto Luengo es, sobre todo, persona, persona comprometida hasta la médula con los derechos de la mujer, con lograr una igualdad real y con la educación como vía fundamental para crear conciencia en las personas desde la más tierna infancia. Madrileña de nacimiento, ha trabajado en la capital de España y, posteriormente, ha vivido en Barcelona para, después, aterrizar en el pueblo de sus padres, Villarrubia de Santiago, donde comenzó su andadura en pro de los derechos y la igualdad de las mujeres y donde entró a formar parte de la Asociación Comarcal Don Quijote, cuya vicepresidencia ostenta desde el año 2011. “Salir fuera te da una visión distinta de las cosas, abres tu mente y yo, que creo que he vivido todo a la vez, maternidad, pareja, trabajo…, creo que aún queda un buen trecho por recorrer para lograr la igualdad real”.

Pregunta: Explíquenos qué trabajos realiza la Asociación Comarcal Don Quijote en materia de Mujer e Igualdad.
Respuesta: La Asociación da apoyo a iniciativas que nos vengan de asociaciones, organizaciones, ayuntamientos… Y nuestra parte técnica tiene un gran compromiso no sólo con el tema de las mujeres, sino también con jóvenes, discapacitados, personas con dificultades… Cuando nos llegan proyectos determinados nos reunimos y, si es viable, lo respaldamos sin ningún tipo de dudas.

P: Actualmente se habla cada vez más de Igualdad, se ha recorrido mucho camino y, sin embargo, muchas cosas siguen como hace siglos (roles de la mujer en casa, cuidado de los hijos, diferencias salariales…), ¿qué cree que hace falta para lograr una verdadera Igualdad?, ¿o piensa que es una quimera y que estamos muy lejos de conseguirla?
R: No es una quimera, porque históricamente las mujeres han ido consiguiendo muchas cosas, ampliando parcelas… El problema es que todo el mundo tiene que creerse esto y ahí es donde juega un papel fundamental la educación, en los colegios, en casa, en la calle… Todos deberíamos ser conscientes de que nuestros hijos y nuestros nietos tienen que estar en una sociedad donde el cambio se produzca. Tenemos que desmontar muchas cosas, ¿se puede?, sí, ¿se quiere?, muchas veces no.

P: ¿Desde qué ámbitos hay que trabajar con más ahínco en la Igualdad?
R: Como he comentado la educación es fundamental, y desde la más tierna infancia, casi desde bebés. Luego, transversalmente, en todos los ámbitos, en el empresarial, social…
Sinceramente creo que donde hay grupos de mujeres hay una energía diferente, una manera distintas de hacer las cosas. Tenemos capacidades y formas de ver las cosas totalmente diferentes y, lamentablemente, en los años de crisis hemos retrocedido muchísimo, porque la mujer era la primera que era despedida y se quedaba en casa… Las cosas tienen que seguir cambiando.

P: ¿No cree que medidas como, por ejemplo, dar más puntos o subvenciones a trabajos o proyectos que vienen de mujeres es, en cierto modo, fomentar la desigualdad?
R: Sinceramente no lo creo, porque muchas veces necesitamos saber, como mujeres, que podemos emprender proyectos, iniciativas, tenemos una gran capacidad pero muchas veces desde fuera nos hacen creer que no es así, nos falta creérnoslo y creo que estas subvenciones o ayudas son muy positivas, porque con ellas rompemos las barreras que muchas veces existen.

P: ¿Cómo cree que se fomenta la Igualdad desde los más pequeños?, ¿qué acciones deberían emprenderse desde la más tierna infancia, tanto padres como educadores?
R: Creo que la educación debería estar enfocada en educación en valores, respeto e igualdad. Todos tenemos las mismas capacidades, los mismos derechos, las mismas obligaciones, no debe haber separaciones entre niños y niñas. Es un trabajo muy sutil, del día a día y, por supuesto, los educadores, cuerpos de seguridad, administración…, deberían estar formados en aspectos de género.

P: ¿Cómo es la mujer de la Comarca de Ocaña?
R: En Ocaña hay mujeres todavía muy tradicionales, con sus convicciones muy asentadas, pero cada vez más hay mujeres que poco a poco hacemos cosas, estudiamos, nos reunimos… Pero en general, todavía tenemos muchas cosas de tradición. Las mujeres de allí son luchadoras, pero todavía existe ese poso de tradición, en el que tú todavía te planteas cosas y te cuestionas por qué tiene que seguir siendo así, por qué no cambiar.
Sí es cierto que cada vez hay más respeto pero desde aquí quiero hacer una llamada de atención a lo que está pasando en la actualidad con las nuevas tecnologías; gracias a ellas estamos cada vez más conectados pero a la vez cada vez más controlados, y eso no es bueno, porque implica más control, dónde estás, qué estabas haciendo, no me contestas… Eso en los jóvenes es habitual y es un verdadero peligro porque es una privación de la libertad.

P: Es cierto que en municipios, fundamentalmente pequeños, donde la mayoría de la población es mayor, las ideas más tradicionales respecto a los roles de la mujer serán la nota dominante, ¿cómo “rebelarse” ante estas ideas? No ya combatirlas, porque es muy difícil que una mujer mayor cambie de opinión, pero sí que no influyan o afecten a generaciones posteriores.
R: El mejor reflejo para que estas mujeres vean una realidad diferente a la suya es contarles nuestra propia realidad, entender que la vida ha cambiado, que no hay límites.

P: ¿Qué trabajo en beneficio de la Igualdad realiza la Administración regional?, ¿cree que se podría hacer más cosas a nivel de las administraciones?
R: Se podría hacer todo, y no sólo me refiero a medios económicos. La Administración no se cree la igualdad, así es imposible crear una conciencia, se podría hacer muchísimo más.

P: Muchas veces somos las propias mujeres, sobre todo en el entorno rural, las que no nos atrevemos a dar el paso a salir a trabajar, a emprender…, ¿por qué cree que ocurre esto?, ¿por qué somos a veces nosotras mismas las que nos autocensuramos?
R: Porque no nos creemos capaces de ciertas cosas, porque hasta ahora nos han dicho que no podemos, o nos han quitado la palabra, o nos lo han dicho con hechos. Todavía los pueblos siguen siendo un mundo de hombres, pero ahí estamos las mujeres, ya sacando la cabeza, porque cuando estamos unidas tenemos una solidaridad entre nosotras que nos da mucha fuerza para seguir o para emprender.

P: ¿Cuál es la función de la entidad que preside, AMECO (Asociación de Mujeres Empresarias y Coempresarias de la Comarca de Ocaña)?
R: AMECO surgió a raíz de la Mesa de Mujer de la Asociación Comarcal Don Quijote, ahí se fraguó la idea. La idea inicial era llevar a las empresas el tema de género, porque estábamos viendo que las empresas, cooperativas, tenían una visión muy masculina. Damos cursos, jornadas, talleres de inteligencia emocional…, porque cuando una mujer está empoderada puede hacer lo que se proponga, tiene confianza en sí misma.
AMECO intentó centrarse en esa faceta de crear conciencia, lo que faltaba a las empresa. Somos 12 empresarias, trabajadoras por cuenta ajena, autónomas… Y seguimos luchando por nuestros ideales, porque la crisis también ha sido una crisis de capacidades, de perder fuerza e ilusión en muchas entidades. Se debe recuperar la idea de asociacionismo que teníamos hace muchos años pero con ideas renovadas y actualizado a los tiempo y a las tendencias que existen actualmente, además de recuperar la confianza y la motivación.

P: ¿Qué actividades, iniciativas o proyectos realiza?
R: Formación enfocada a género, talleres de inteligencia emocional. Informamos de cómo hacer gestiones para ser empresarias. Las que formamos AMECO venimos de sectores muy diferentes y eso enriquece en la información que podamos dar al resto de mujeres que se acercan a informarse.

P: ¿Qué es, para usted, ser mujer hoy en día?
R: Ser mujer para mí hoy en día es ser consciente de todo lo que valemos, todo lo que nos podemos ayudar y de tener capacidades que hay que desarrollar. Para mí ser mujer es ser persona plena de derechos y de capacidades, saber que no quiero que me agredan en mi feminidad, que porque haga ciertas cosas no soy un hombre, con todas mis capacidades como las tiene cualquier persona. Y es llevar siempre una bandera de dónde venimos, en qué momento estamos y a dónde queremos llegar.

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